Acepta el llamado a la aventura

Cuando aceptas el llamado a la aventura, sabes que el camino no será fácil. El universo te da en su justa medida aquello que necesitas para crecer. Ni más ni menos. Te va a poner a prueba para ver si es realmente es lo que quieres y lo que estás dispuesto hacer para conseguirlo. Es una ley natural, para recibir tienes que dar algo a cambio. Escucha a tu corazón.

Confía en tu impulso más profundo

¿Qué es aquello que más anhelas? En el fondo ya lo sabes. El miedo, la ansiedad, los prejuicios y expectativas de la sociedad te ciegan. Solo obtienes claridad cuando logras conectarte y ser consciente de quien eres. Confía en tu intuición aunque tengas al mundo en tu contra.

Tu oponente es tu mejor aliado

Tu oponente no es más que tu mente analítica diciéndote: "no va a pasar", "y si fracasas", "no eres lo suficientemene bueno…". Son tus preocupaciones, miedos, prejuicios que surgen en aquellos momentos para sabotearte.

Tu oponente está ahí para darte la oportunidad de revelar aquello que necesitas manifestar en tu vida, para indicarte el camino y recordarte de lo que eres capaz de hacer. Vencer a tu oponente es expandir tus posibilidades para convertirte en el ser maravilloso que ya eres.

Acepta el proceso así no sea de la forma que quieres

Recuerda que la certeza es saber que las cosas ocurren no siempre de la manera que quieres o te imaginas. La certeza es reconocer que no siempre lo que deseas es aquello que necesitas, y que solo puedes conectar los puntos cuando miras hacia atrás. Es confiar en el proceso y no en el resultado. Certeza es no dejar espacio a la duda, y entender que todo pasa en su justa medida. Aunque a veces no entiedas la forma, lo entenderás con el tiempo.

No mires hacia atrás, sigue hacia adelante

La mejor decisión es siempre la que se tiene que tomar. Siempre es la mejor porque está basada en la información y hechos que conoces hasta el momento. Si crees que puedes aprender de todas las decisiones que tomas, nunca es perdida siempre es ganancia. Esto es crecimiento.

No mires hacia atrás, no des espacio para la duda. Ve siempre hacia adelante.

Repítelo cada vez que dudes

No importa cuando leas esto, recuerda: estás donde tienes que estar, haciendo lo que tienes que hacer, porque así lo decidiste.